miércoles, 17 de junio de 2009

DE LOS TURCOS OTOMANOS DESDE LA DEPOSICIÓN DE ACHMET HASTA NUESTROS DÍAS III

El sultán Mahmud I recobró Bellegarde por la paz concluida en esta ciudad (1739). Mustafá 111 tuvo que sostener una guerra desgraciada contra la Rusia, y negoció infructuosamente con esta potencia en Forchang y en Bucharest. En 1764, Abdul-Uamid, que acababa de reemplazar á su hermano Mustafá III en el trono de Constantinopla, deseando levantar la gloria de las armas otomanas hizo esfuerzos estraordinarios. Perdió la Crimea por la paz de Kaynardgi, celebró muchos tratados desventajosos con la Rusia, declaró la guerra á esta potencia, y se alió con la Suecia. En 1791, Selim III concluyó un tratado de alianza con la Prusia contra el Austria y la Rusia, ajusió después un tratado de paz con estas patencias, entró en la segunda coalición contra la Francia, y inas tarde hizo la paz con Bonaparte, primer cónsul, en -1802.
Los otomanos no fueron dichosos contra los rusos. Por otra parte, Selim se hizo odioso á las tropas por sus relaciones con los franceses, y por la mtroducciondelnizam gedid ó disciplina europea. Estalló una revolución en Constantinopla en 4807; Selim abdicó, y su hermano, Mustafá IV, fue colocado sobre el trono. Poco después Selim fue asesinado. Apenas Mustafá IV habia concluido un armisticio con los rusos, cuando á su vez fue destronado y muerto en 1808. Sucedióle Mahmud II que al principio no descubrió su verdadero carácter; pero mas tarde, afirmado en el trono, manifestó sus miras civilizadoras. Se vio, sin embargo, humillado por los rusos, perdió la Grecia, señalándose por la abolición del temible cuerpo de los genízaros, y viendo con dolor escaparse el Egipto del poder otomano, no conservando sobre él mas que una soberanía nominal.
A la muerte de Mahmud sube al trono de Othman Abdul -Medjid, su hijo, que sigue las inspiraciones de la moderna civilización, lucha con las tendencias de la reacción, y da una especie de constitución que liberaliza las instituciones del imperio, arregla las rentas públicas y establece una especie do igualdad entre lodos sus subditos, mahometanos y cristianos. En su reinado, Rusia intenta nuevamente apoderarse del imperio turco, suscita la cuestión de los Santos Lugares, y envia á Conslantinopla á Mentchicoff, que con desusada insolencia intenta imponer leyes al sultán, creyendo que á su muerte, que por su constitución débil y enfermiza se veia pronta, se disolverla el imperio turco. No habiendo podido ponerse de acuerdo el autócrata de las Rusias sobre el reparto de Turquía entre Inglaterra y Francia, éstas declaran la guerra á la Rusia para sostener á la Turquía en la cuestión que se la suscitaba. Nuestros lectores pueden ver en las historias de Francia, Rusia é Inglaterra el éxito de esta lucha, que costó á la Rusia la reputación de su superioridad militar, y la pérdida de Sebastopol en la Crimea, cuya plaza sitiaron por mas de un año los ejércitos combinados de Francia, Inglaterra y Turquía. A la muerte de Abdul-Medjid no ha sucumbido la Turquía, cuya integridad mantiene la Euiopa cristiana, empero este poderoso imperio no podrá resistir á la descomposición que siente en sus venas. Imperio gigante un dia, hoy es un cadáver cuyos miembros pueden repartirse las naciones el dia en que se pongan de acuerdo 'en sus intereses. Abdelazzis reina hoy sobre la Turquía, y la falta de recursos, el desorden de su hacienda, y hasta una enfermedad terrible que altera su razón, hacen presentir que, á pesar de los esfuerzos de las grandes potencias, no está lejos el dia en que deba desaparecer del mapa del mundo político el imperio otomano, que siglos antes tantas alarmas causó á los que hoy se muestran tan interesados en su conservación. ---------------------------

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